Media Maratón de Málaga 2018 por Ismael Torres Dominguez

Meeec, meeeec, meeeec,… Por fin suena el despertador, llevo dando vueltas en la cama desde que nos acostamos. Como siempre antes de una carrera he dormido fatal y eso que es nuestra décima media maratón pero es una costumbre que tiene mi cuerpo de la que no se quiere desprender.

Nada más poner el pie en el suelo, empieza el ritual del día de carrera. Baño, desayuno habitual pero con menos cantidad de café con leche para no estar pesado y reposo. Hemos quedado una hora antes de la salida para calentar con el grupo así que empezamos a vestirnos y prepararnos. Encima de la mesa del salón está todo preparado. Sólo nos falta la última visita al baño, los nervios que siempre les gusta guardarse su momento estrella, y nos vamos al punto de reunión.

Llueve, ya lo sabíamos pero esperábamos poder calentar secos pero no, nos estábamos mojando y todavía faltan 50 minutos para arrancar. Trotando decidimos mejor dejar la mochila que llevábamos en el coche que pararnos en el guardarropa.

Nico nos reúne y nos da ánimos, se nota que cree en nosotros y nos felicita por la pretemporada. Nos quedan las rectas y progresivos para después irnos cada uno a nuestros correspondientes cajones.

Toca comerse unas gominolas. La verdad es que me vienen muy bien porque así evito la sensación de hambre que suelo tener cuando desayuno tan pronto.

¿A que no sabéis qué tuve que hacer antes de la carrera? Seguro que lo adivináis… Sí, tuve que ir al baño.

Llegó el momento de separarse. Mari Carmen se mete en el Sub 2 horas, le deseo suerte y yo me voy al mío, al último, al de más de 2 horas. Con Nieves, Carlos y María nos vamos dando consejos, ya los sabemos pero es como un mantra que nos va centrando en la carrera. Es la primera media maratón de María, se le nota nerviosa pero segura, sabe que tiene el apoyo de todo el grupo y que ha entrenado bien para este momento.

Empiezo a aislarme, conecto mi reproductor de música y me separo de mis compañeros, casualmente tengo a Nico cerca que me pregunta como estoy. Tranquilo, es mi respuesta. Sabía lo que tenía que hacer, como hacerlo y aunque estuviera empapado quería hacer mi carrera.

¿Cuando van a cambiar la salida? Siempre ocurre igual, como los cajones se han ido juntando y hay personas que no saben posicionarse nos encontramos más de 7500 personas apretujadas. Ninguno consigue salir a su ritmo. Todos nos quejamos, los rápidos porque no pueden ir al ritmo óptimo desde la salida, los más lentos empujados por los primeros y por encima de su velocidad. Yo iba lento pero seguro, sabía que esos segundos que perdía ahora los podría recuperar después.

Hasta el kilómetro tres no puedo regularme y estuve intentado hacerme un hueco entre la multitud para empezar mi carrera. No sé como lo han hecho pero veo a Carlos y Nieves delante mía, los paso y les digo que nos vemos en el 17 ó 18 que es donde suelo quedarme sin energía.

A varios metros vuelvo a ver a Nico y por el ritmo que lleva supongo que va ir a bajar de dos horas. ¿Me pego a él e intento bajar mi record personal en 15 minutos? Me cuesta decidirme pero pienso que mejor termino bien esta carrera, ya tendré ocasiones para hacerlo.

Ya veo el primer avituallamiento, tengo la boca seca de las gominolas y me viene bien. Cojo una botella de medio litro de agua con su tapón y me la llevo de paseo hasta el siguiente que está en el kilómetro 10. Me encuentro muy bien, paso a paso, llega el momento de tomarme el primer gel. Me he traído tres, el primero para tomármelo entre 45 y 60 minutos desde el inicio, el segundo alrededor de los 90 y el último, con cafeína, en el kilómetro 19. Decido tomarme uno justo antes del avituallamiento del 10 y así soltar la botella que ya me pesaba.

Dejó de llover y, aunque mojado, sigo cómodo y no estoy haciendo el tirachinas con los ritmos y voy ganando confianza. Hemos pasado el paseo de las palmeras y ya nos vamos cruzando con los compañeros más rápidos. Veo a Pepe, Paco, José Manuel, Cristóbal, Fran, Sonia, Jose María, etc,… Estamos poco más allá de la mitad y se les ve muy fuertes. Me encanta animarlos y ver que me devuelven una sonrisa aunque se estén esforzando.

Patri, Raúl y Cristina están delante esperando para vernos y apoyar a María. Es un lujo tener compañeros que son capaces de hacer el final de su tirada de 4 horas con los que estamos corriendo la media maratón.

El suelo resbala y parece que en lugar de avanzar voy haciendo el moonwalker de Michael Jackson cuando cruzo el centro de Málaga subiendo por calle Alcazabilla. Menos mal que ya acabó la acera y los adoquines y vuelve el asfalto. La tracción de mis pies vuelve a ser normal y puedo volver al ritmo que corresponde.

¡Qué alegría ver a amigos animarte! No me los esperaba en Calle Carretería con el mal tiempo que se anunció y me dan un chute de energía mejor que los geles que llevo en los bolsillos. Si lees esto y no eres corredor, ve a ver a tus amigos y familiares cuando compitan. Te das un paseo y de paso les alegras el día.

Se acerca el penúltimo avituallamiento, veo que dan botellas de 33 ml y son ideales. No lo dudo agarro una y diluyo mi segundo gel. Poco a poco me lo voy tomando y consigo no tener ese sabor demasiado dulzón en la boca.

No recordaba de otros años que me costará tanto subir calle Hilera camino del puente de las Américas y mucho menos la cuestecita de después que llega al Matadero que cuando vas andando no parece que tenga pendiente.

Va llegando el momento de tomar la decisión del día, se acerca el kilómetro 16. ¿Apostamos a ver cuánto me aproximo a las dos horas o disfruto por primera vez de una media maratón? Aprovechando que es cuesta abajo hasta la playa me dejo de ir y retraso un poco más la decisión.

Voy pasando a otros corredores, es la primera vez que a esta altura de la carrera que yo adelanto a gente y no al revés. Los dos últimos kilómetros los he hecho por debajo de los 5:45 que era el tope que me había propuesto Nico. Voy fuerte, me veo bien. Acabo de pasar un grupo de italianos y les he gritado: “Avanti Tutti”. Nos hemos reído y parece que lo están pasando bien.

Kilómetro 19, me tomo el último gel y en ese momento tomo una decisión. Tengo una oportunidad única: Puedo disfrutar por primera vez una carrera de principio a fin. Os parecerá raro pero en 10 medias y 2 maratones nunca he entrado con la sensación de haber hecho una carrera en condiciones. O me paraba o llegaba vomitando o peleándome conmigo mismo para no tirar la toalla.

Ya veo el estadio de Atletismo, se oye al speaker y las ovaciones de la gente. Me relajo, sólo tengo que dejarme ir y mantener el ritmo actual. Adelanto a otra pareja de italianos del mismo club, mismas palabras de ánimo y nuevas sonrisas.

Entro al estadio buscando a mis compañeros y veo a Mari Carmen con una sonrisa enorme, sabe que estoy bajando mi récord personal y que estoy entero. Sé que podía haber bajado 30 ó 40 segundos más mi marca pero recordé las palabras de Nico: “Disfruta, no te obsesiones con la marca, ya llegarán con el entreno”

Nada más cruzar la meta y recoger mi medalla, escucho mi nombre y es Nieves. Vaya carrerón se ha marcado, no me ha alcanzado porque no había 100 metros más.

Vamos a por agua, bebidas isotónicas y fruta para esperar a Carlos y María. Al final, no conseguimos volver a ver a Nieves ni a Carlos pero nos encontramos a Jose María y Javi esperando a María. Ellos se quedan en la salida de la línea de meta pero nosotros preferimos ir en su busca para animarla hasta el final. Sus últimas zancadas en el tartán fueron acompañadas de nuestros gritos y aplausos. Me encanta ver como se le ilumina la cara al vernos.

¡Qué contento estoy! 2:05:25, he bajado 9 minutos mi récord de la media maratón, se nota el esfuerzo de la pretemporada, los consejos y los entrenamiento con el grupo. El apoyo de mi entrenador y mis compañeros ha sido fundamental. Mi mejor carrera hasta el momento.

Espero que os haya gustado este relato de como me fue en la Media Maratón de Málaga del año 2018. Mi nombre es Ismael pero me podéis encontrar con el nick de Ipaelo, además de correr suelo escribir nuestras historias viajeras en cuentaviajes.com.

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