Los pequeños pasos que construyen lo grande
El otro día estaba recordando esta frase de Denzel Washington, que decía:
“Sueños sin metas son solo sueños, y finalmente se sienten desilusiones. En el camino, para conseguir tus sueños debes aplicar disciplina, pero más importante constancia. Porque sin compromiso nunca empezarás, pero sin constancia nunca terminarás”.
Cuando pensamos en metas increíbles, solemos visualizar el final: el arco de llegada, la medalla, la emoción de haberlo logrado. Pero antes de todo eso, hay algo más importante: el primer paso.
Un paso humilde, porque no necesita demostrar nada, simplemente inicia el camino.
Un paso decidido, porque aunque sea pequeño, marca dirección y compromiso.
Cómo aplicar esta idea en el running
Cada corredor lo ha vivido:
- Ponerse las zapatillas por primera vez.
- Completar la primera tirada larga con dudas.
- Salir a entrenar a pesar del cansancio o del mal tiempo.
Estos momentos sencillos son los que construyen lo increíble. No necesitas empezar fuerte, necesitas empezar con convicción.
El valor de la constancia
Con el tiempo, los pasos se convierten en kilómetros. Los kilómetros, en confianza. Y la confianza, en la capacidad de alcanzar objetivos que antes parecían imposibles.
Lo increíble no surge de un salto, sino de una cadena de pasos humildes y firmes en la misma dirección.
Tu siguiente paso es el inicio
Cada vez que te calzas las zapatillas, no entrenas solo para hoy. Estás abriendo el camino hacia un sueño que todavía parece lejano.
Recuerda: lo increíble está más cerca de lo que piensas. Solo necesitas un paso humilde y decidido para empezar.
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