Si corres con frecuencia, seguro has escuchado frases como “la fuerza es clave” o “si no haces fuerza, te vas a romper”. Pero… ¿qué significa eso realmente? ¿Por qué deberías meter ejercicios de fuerza si ya corres casi todos los días? ¿Y cómo afecta eso a tu rendimiento o a tus piernas?
La respuesta corta: entrenar fuerza te hará correr mejor, más tiempo y con menos lesiones. Y no, no es opcional.
Vamos con la explicación completa, sin rodeos ni tecnicismos innecesarios.
La fuerza no es solo para levantar pesas, también es para correr
Cuando corres, estás aplicando fuerza constantemente contra el suelo. Cada zancada implica impacto, control postural, absorción de carga y propulsión. Si tus músculos, tendones y articulaciones no están preparados para eso, tarde o temprano llega la factura: molestias, sobrecargas… o una lesión que te deja fuera semanas.
Entrenar fuerza no es solo para verte más “fit”, es para que tu cuerpo aguante el ritmo de tus ganas de correr.
¿Qué cambia cuando entrenas fuerza?
- Te lesionas menos. Los músculos fuertes protegen tus articulaciones y absorben mejor los impactos.
- Corres más eficiente. Mejoras la economía de carrera, es decir, usas menos energía para correr al mismo ritmo.
- Te fatigas más tarde. Tus piernas aguantan más y se recuperan mejor.
- Tienes más control. Un core fuerte mejora la técnica, la estabilidad y el equilibrio.
Y no, no necesitas ser velocista ni maratonista de élite para que esto te beneficie. Si corres, necesitas fuerza. Punto.
Pero no vale con “hacer un par de ejercicios de YouTube”
Aquí está la parte más importante: no todo vale. Para que el trabajo de fuerza funcione, tiene que estar pensado para vos como corredor. ¿Por qué? Porque no entrenás como un fisicoculturista, ni tenés los mismos objetivos, ni las mismas cargas de trabajo.
Y ahí entra en juego algo clave…
El papel del entrenador especializado
Un entrenador que entienda de fuerza aplicada al running sabe exactamente qué ejercicios, cuánta carga, en qué momento del año y cómo integrarlo sin que interfiera con tus entrenamientos de carrera.
Esto es lo que hace la diferencia entre:
- Tener agujetas eternas o sentirte más fuerte al correr.
- Sobreentrenarte o recuperarte más rápido.
- Estancarte o mejorar de forma constante.
Además, puede detectar debilidades que quizás ni sabías que tenías: desequilibrios, fallos de técnica, falta de estabilidad… y darte herramientas reales para corregirlos.
Entrenar fuerza sin planificación es como correr sin saber a dónde vas.
Conclusión rápida (por si vas con prisa)
- La fuerza no es solo para el gym, es parte de correr mejor.
- Mejora tu técnica, tu rendimiento y tu resistencia.
- Previene lesiones que pueden arruinar meses de entrenamiento.
- Y si está bien planificada por alguien que sepa, te transforma como corredor.
Así que si te tomás en serio esto de correr, aunque sea por puro placer, empezá a tomarte en serio también la fuerza.