«Hay dos tipos de atletas: los que respetan la pretemporada… y los que viven al borde de la sobrecarga y la frustración».
Cuando hablamos de planificación anual, la pretemporada no es un simple calentamiento del año. Es el cimiento. El momento donde sembramos lo que vamos a cosechar más adelante, cuando toque ponerse el dorsal y apretar los dientes.
¿Qué es exactamente la pretemporada?
Técnicamente, es el primer bloque de entrenamiento tras un periodo de descanso o transición. Suele durar entre 4 y 8 semanas, dependiendo del nivel del atleta y de sus objetivos. Su finalidad es construir la base física, mental y estructural que nos permitirá entrenar con calidad y competir con garantías.
O dicho de otro modo: es cuando el cuerpo vuelve a la fábrica para una revisión completa antes de salir a la pista a batirse en duelo con el crono.
Objetivos clave de la pretemporada
Reestablecer el equilibrio muscular y estructural
Después de una temporada dura o un periodo de inactividad, aparecen descompensaciones, pequeñas molestias o directamente lesiones latentes. Aquí es donde el trabajo de fuerza general, movilidad, técnica y propiocepción se convierte en protagonista.
Mejorar la capacidad aeróbica
La base aeróbica es como el motor de un coche de carreras: si no la tienes, da igual que el chasis (tu técnica o tu velocidad) esté reluciente. La pretemporada es ideal para acumular kilómetros a ritmos suaves, fortalecer el corazón y enseñar al cuerpo a usar las grasas como fuente de energía.
Crear hábitos de entrenamiento sostenibles
Es el momento de ajustar rutinas, horarios, alimentación, descanso… Todo lo que luego, en plena carga, será difícil cambiar. Aquí se instala el software de cómo queremos entrenar el resto del año.
Preparar el cuerpo para la carga específica
No se puede construir un edificio sin cimientos. No se puede correr rápido si antes no has corrido lento, largo y con intención. La pretemporada es el momento de preparar al cuerpo para tolerar el entrenamiento duro sin romperse.
¿Y la cabeza? También se entrena
La pretemporada también trabaja la cabeza. Recuperar el hambre competitiva, planificar objetivos con calma, asumir que no estamos (ni debemos estar) en forma aún… todo eso también se entrena. Quien entiende esto, entrena con menos ansiedad y más inteligencia.
Errores comunes en pretemporada
- Saltársela porque “ya vengo de descansar”. Error. Descansar no es lo mismo que recuperar.
- Entrar de golpe con intensidad. Es como intentar levantar una casa a martillazos.
- Ignorar el trabajo de fuerza. Sin músculos fuertes, la zancada se desmorona.
- Compararse con la mejor versión del año pasado. Spoiler: todavía no sos vos. Y está bien.
En resumidas cuentas, la pretemporada no es glamorosa. No hay récords, ni fotos de podio, ni segmentos de Strava conquistados. Pero es ahí donde se define la temporada que viene. Es donde se entrena el cuerpo… y se entrena la paciencia.
Así que cuando te pregunten por qué estás trotando suave y haciendo sentadillas con una pelota medicinal, podés responder con una sonrisa: «Estoy construyendo mi temporada. Y lo estoy haciendo bien.»
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